A diario, el comedor de San Miguel destina unos $30 mil para elaborar la comida que sirve a personas en situación de calle que se reúnen a la espera de un plato de comida en el patio de la remodelada Capilla Norte -monumento histórico nacional- para después ingresar a los fondos del templo, donde un grupo de voluntarios cocina el almuerzo. No hay un menú variado: casi siempre es guiso, o arroz con pollo.
«Cuando se nota un poco más la crisis, llegamos a tener a 80 personas que atendemos», describe el sacerdote Gustavo Horisberger, párroco de San Miguel. «El menú que servimos no es tan variado. Tratamos de darle algo que tenga muchas calorías. En general, es un guiso, arroz con pollo, o por ahí, algo contundente, que tenga calorías, porque les tiene que rendir hasta la noche, porque esperan la vianda que sirven de noche los voluntarios de Un Cielo Nuevo, Suma de Voluntades, o la Parroquia del Carmen. Uno por ahí ha probado festejar algún acontecimiento haciendo empanadas o pizzas, y no lo dicen en forma de desprecio, pero contestan: `Estuvo rica la picada`. O sea, esto no me llena», detalló Horisberger durante una entrevista con el programa Puro Cuento de Radio Plaza 94.7.
El 90% de los recursos para dar a diario de comer a personas en situación de calle proviene del aporte de voluntarios; el Estado sólo contribuye con el 10%. «En este momento el aporte del Estado está el monto en $18 mil por mes», cuenta.
-¿Y cuánto gasta en cocinar cada día?
-Si yo lo tengo que armar, de acuerdo a lo que se gasta y el precio que están las cosas, es bastante. Serían más o menos $30 mil por día.
-¿$30 mil por día y el Estado les aporta $18 mil por mes?
-Imaginate, son más o menos 3 kilos de papas por día. Cuando haces un guiso, tenes que ponerle tres kilos de papa, 1 kilo y medio de zanahorias, 8 paquetes de fideos. Tenemos gente que nos dona carne, y tenemos pollo, carne de cerdo y carne vacuna. También repollos. Se ponen cosas que sean consistentes.
-¿Con la crisis aumenta el número de personas que asiste?
-Desde que estoy acá, el promedio ha sido de 50 personas. Pero han venido hasta 100 personas cuando se han vivido situaciones de muchas dificultades económicas. En el 2000, venían muchas familias. Ahora, empezamos a notar en estos dos últimos años algo que era inhabitual: vienen mujeres. Mujeres no tan grandes. Mujeres de 20 a 30 años, también vienen adultos mayores. Eso sí nos sorprende porque antes no venían tanto mujeres. En general, al comedor viene gente que changueaba o que salia a changuear y comía por acá. También gente del interior que viene por un trámite, y sabe que si está uno o dos días en Paraná viene a comer a San miguel.
Horisberger ve en el Estado «un deseo de acompañamiento» de las personas en situación de calle. «Abren lugares para alojarse, pero la gente manifiesta que muchas veces esos lugares son muy desordenados, o que no hay suficiente lugar para pasar la noche, o para bañarse, o que están alejados del centro. Es cierto también que en la persona que está en situación de calle hay toda una historia, y que hay formas para abordar esta problemática, que no es solo el techo o pasar la noche. La problemática es mucho más abarcatiba: son personas heridas, y a los que hay que buscarles la solución, no solo para pernoctar y bañarse, sino también hay situaciones de salud mental , que va haciendo que la persona que vive en la calle se vaya deteriorando», plantea.
-Acaban de pasar las elecciones primarias. ¿Algún candidato a intendente se acercó a conocer cómo funciona y cómo se sostiene el comedor?
-Ninguno se acercó. Pero a mí me chocaría que se acerquen en ese momento.
-¿Antes ?
-No, en general nunca se han acercado.
Fuente: Entre Ríos Ahora